Conoce DIP | Detox Information Project
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¿Qué es dip?

DIP es un proyecto de alfabetización digital e informativa que usa las ciencias del comportamiento, la comunicación y la tecnología para ayudar a las personas y las organizaciones a desintoxicar los ambientes informacionales.

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Utilizamos nuestro método D.E.T.O.X para diseñar herramientas divertidas y fáciles de utilizar que empoderen a las personas frente a la desinformación. Actualmente estamos en la fase de diagnóstico. Únete a la comunidad DIP y no te pierdas de nuestros eventos y lanzamientos. 

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Explicación del proceso investigativo DIP

1 ¿Cómo nace DIP (Detox Information Project) o Proyecto para Desintoxicar la Información?
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Con el objetivo de mejorar a Colombia y tener un país menos polarizado y más protegido frente a la desinformación, DIP nace a mediados del 2021. Con el apoyo de SURA y Protección, un equipo compuesto por economistas, comunicadores, politólogos, y psicólogos, se embarcó en la tarea de entender a la población colombiana y los rasgos particulares que la pueden hacer más fuerte frente a los ataques de desinformación que son inevitables en esta nueva era digital. 

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Teniendo esta comprensión, el equipo DIP tendría la posibilidad de diseñar unas herramientas para entregarle al país que cumplan con el objetivo de estar más protegidos frente a la desinformación, reducir la polarización y ser más empáticos los unos con los otros.

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2 ¿Cómo llegamos hasta aquí?
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Lo primero que quisimos hacer, también porque siempre hemos tenido la rigurosidad académica como motor de nuestras acciones, fue un diagnóstico completo y juicioso sobre qué hace a un colombiano o colombiana más vulnerable a la desinformación. Para lograr realizar este diagnóstico, el primer paso fue llevar a cabo una extensa revisión de literatura sobre los múltiples y diversos sesgos y fenómenos cognitivos que afectan nuestra toma de decisiones. A nivel mundial se han realizado algunas investigaciones que han planteado hipótesis sobre qué mecanismos motivan la creencia en noticias falsas. Dentro de estos referentes está Jay van Bavel, profesor de psicología y neurociencias de la Universidad de Nueva York, Sander van der Linden, profesor de psicología social en la Universidad de Cambridge, Gordon Pennycook, profesor de ciencias del comportamiento de la Universidad de Regina y David Rand, profesor de administración y ciencias cognitivas y del cerebro de Massachussets Institute of Technology (MIT).

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En sus investigaciones, estos expertos han generado esquemas que buscan explicar las razones por las que creemos noticias falsas. Por ejemplo, Jay van Bavel ha planteado que existen dos potenciales caminos para creer y compartir noticias falsas(1). Por un lado, existe la opción “Exposición – Creencia – Compartir”, en el que la exposición a las noticias falsas aumenta la creencia en las mismas y por ende la probabilidad de ser compartidas. En segundo lugar, plantea que no necesariamente se necesita la segunda circunstancia “creencia”, por ende, el segundo camino involucra únicamente “Exposición – Compartir”. Según van Bavel, estos caminos se exacerban en la medida en que existen riesgos psicológicos añadidos, entre los cuales se encuentra la polarización política, la mezcla de la emocionalidad y moralidad, necesidad de caos, entre otros. Así, nuestro planteamiento se ubicó en buscar dichos riesgos psicológicos, bajo el argumento de que, si podemos reducir esos riesgos, también podemos reducir la vulnerabilidad a la desinformación. Esta metodología puede tener un mayor impacto en la medida en que entendemos que la exposición a la desinformación estará presente en el futuro.

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Con esta idea en mente, identificamos en la literatura una serie de características psicológicas que podrían estar asociadas con ser más vulnerables a la desinformación. Algunas de estas características incluyen: el sesgo de confirmación, la desvinculación moral, empatía y pérdida de empatía, alfabetización digital, alfabetización política, entre otros. A partir de hallazgos teóricos, nuestro equipo realizó un ejercicio de priorización en el cual, según lo que habíamos observado en la literatura, determinamos como las características más relevantes y relacionadas con la vulnerabilidad a la desinformación. De ese ejercicio de priorización salieron las características que queríamos analizar en el diagnóstico, con el objetivo entender con mayor profundidad cómo esas características se comportan e influencian la mente de los colombianos y los hacen más vulnerables a la desinformación.

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1.  Van Bavel, J. J., Harris, E. A., Pärnamets, P., Rathje, S., Doell, K., & Tucker, J. A. (2020). Political psychology in the digital (mis) information age: A model of news belief and sharing.

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3 Nuestro diagnóstico
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Con una muestra de más de mil colombianos de varias regiones del país, aplicamos un instrumento que consistió en dos partes. Por un lado, los participantes debían responder un test que se llama Test de Asociación Implícita, que consiste en asignar, en una pantalla de computador, palabras que aparecen en el centro de la pantalla en alguna de las dos categorías que aparecen en las esquinas superiores de la pantalla. Con este test se busca conocer sesgos implícitos, es decir, que no son conscientes, y que pueden afectar la toma de decisiones de las personas. Este test ha sido utilizado, sobre todo, por Project Implicit(2), una unión de investigadores y profesores interesados en cognición social de diversas universidades entre las cuales se encuentran la Universidad de Harvard, la Universidad de Virginia y la Universidad de Washington.

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En segundo lugar, los participantes del diagnóstico respondieron una encuesta que contenía distintas preguntas que se relacionaban con las características psicológicas que priorizamos en la etapa anterior del proyecto. Una sección adicional que se agregó fue una sección que contenía preguntas de un test conocido como Test de Reflexión Cognitiva. A través de estas preguntas, buscamos entender qué tanto las personas siguen un proceso más reflexivo o intuitivo cuando responden, es decir, qué tanto se van con su primer instinto o qué tanto dudan de ese primer instinto y reconsideran la primera respuesta que les viene a la mente.

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Además de pedirles que respondieran dichas preguntas, también les pedimos que nos contaran qué tan confiables consideraban algunos titulares de noticias que les presentamos. Esos titulares fueron tomados de noticias que habían sido revisadas por portales de identificación de noticias falsas como ColombiaCheck o El Detector de La Silla Vacía. Con eso aseguramos que la noticia que estábamos presentando era confiablemente falsa o confiablemente verdadera. Asimismo, las noticias estaban divididas en la ideología con la que se podía identificar (particularmente las noticias falsas), con el objetivo de poder determinar si la vulnerabilidad a las noticias falsas se relaciona con la ideología. Finalmente, también se incluyeron preguntas demográficas y de identificación con orillas ideológicas.

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2. https://www.projectimplicit.net/#:~:text=Project%20Implicit%20is%20a%20non,group%2Dbased%20biases.

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4 Nuestros hallazgos 
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Después de aplicar el test y la encuesta a los más de mil colombianos, la tarea se tornó hacia el análisis de los datos que recabamos. A través de estos análisis pudimos establecer que existen 4 características que se relacionan con mayor fuerza y de manera estadísticamente significativa con la vulnerabilidad a la desinformación: desconfiar del otro, quitarle o restarle características humanas al otro, sentirnos discriminados y ser menos tolerantes a la ambigüedad (llamado alta necesidad de cierre cognitivo), es decir, preferir ver todo en blancos y negros. En ese sentido, varias de las razones que pueden aumentar esa vulnerabilidad tienen que ver con cómo vemos nuestras relaciones con los demás o, por lo menos, lo que creemos que otros piensan sobre nosotros. Es el caso de la deshumanización – considerar a otras personas u otros grupos de personas como menos humanos en términos emocionales y/o cognitivos -, percibir que somos discriminados – sea porque genuinamente lo somos o porque creemos que lo somos – y desconfiar del otro, por ejemplo, negándonos a hacer acuerdos con aquellos que consideramos diferentes. Finalmente, la intolerancia a la ambigüedad implica una motivación por buscar respuestas concretas, evitando sostener información que pueda ser ambigua o inicialmente contradictoria en la mente.

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Aparte de estos hallazgos principales, también encontramos qué creencias que se tenían al respecto de las noticias falsas, no parecen aplicar, al menos, en el contexto colombiano. Por ejemplo, es una creencia popular pensar que la educación tiene un efecto directo sobre qué tanto somos vulnerables a creer noticias falsas. En ese sentido, quienes han completado un mayor número de títulos académicos, deberían tener una mayor capacidad de reconocer noticias falsas. Nuestros hallazgos muestran que esto no ocurre en el contexto colombiano, y la capacidad de las personas de reconocer la desinformación no tiene una relación con tener una mayor educación académica. Lo mismo ocurre con la edad: nuestros hallazgos apuntan a que este dato no tiene una relación directa con ser más vulnerable a las noticias falsas y la desinformación. 

Por último, otro de los hallazgos relevantes que hablan sobre la necesidad de protegernos frente a la desinformación es que las noticias reales también dejan de generar confianza. En ese sentido, nuestros análisis mostraron que, aunque las personas confiaban un poco más en las noticias reales, estas también generaban desconfianza. Y este punto es crucial, en cuanto a que necesitamos de la prensa y de las noticias para enterarnos de las situaciones de la gente y nuestro país, pero pareciéramos estar entrando en una época en donde todo o nada es cierto.

 

 
5 ¿Qué viene de DIP para Colombia?
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A partir de estos hallazgos, los últimos meses de trabajo del equipo DIP han consistido en el desarrollo de herramientas que reduzcan esas vulnerabilidades en los colombianos, y de esa forma, reducir el impacto de la desinformación y las noticias falsas en Colombia. Para desarrollar estas herramientas nos inspiramos en dos autores en particular: por un lado, en las investigaciones realizadas inicialmente por Sander van der Linden y su uso de la teoría de la inoculación, que consiste en una especie de “vacuna” y que por ende desarrolla defensas cognitivas frente a algún tema en particular, en este caso, la desinformación. Por otro, de investigaciones desarrolladas por Emile Bruneau en compañía de Andrés Casas, quienes demostraron la efectividad en el uso de medios audiovisuales para reducir la discriminación y aumentar niveles de empatía(3).

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En ese sentido, las herramientas que le entregamos a Colombia este 30 de marzo de 2022 consisten en 4 videos que muestran cómo se ven los cuatro conceptos que encontramos en el diagnóstico, así como unos tests cortos y divertidos que le muestran a los usuarios cómo esos conceptos influencian su día a día y su relacionamiento con los demás. Las herramientas salen a la luz en una coyuntura en las que son aún más relevantes, dado que se acercan las elecciones para presidente en mayo de este año. En esas elecciones, más que nunca, necesitamos que todos vayamos a las urnas con menos sesgos que nos afecten a la hora de decisión, es decir, una menor influencia de aquellos que buscan afectar el proceso democrático a través de mentiras y verdades a medias.

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Las herramientas DIP no buscan cambiar la información que consumimos, pues sería una tarea imposible. Por el contrario, y recurriendo de nuevo al concepto de “teoría de inoculación”, buscamos que los colombianos construyan sus propias defensas cognitivas frente a la información a la que están expuestos. Si todos estamos protegidos al momento en el que entramos en contacto con la desinformación, es mucho más probable que cuando tomemos decisiones lo hagamos con información en la que podemos confiar y que no esté mediada por las emociones que orgánicamente surgen cuando hablamos de temas sensibles y que pueden ser manipuladas.

 

Con esto, queremos aportar para proteger a nuestra democracia y construir un país en donde todos somos más conscientes y menos vulnerables, y que de esa manera nos relacionemos con más empatía y menos polarización. Ayúdanos a compartir nuestras herramientas, ¡tú eres indispensable para que paremos la ola de desinformación y polarización en el país!

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3. Bruneau, Emile, Andres Casas, Boaz Hameiri, and Nour Kteily. 2022. Exposure to a Media Intervention Helps Promote Peace in Colombia. Nature Human Behaviour.

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reconocimiento

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ANDRÉS CASAS CASAS

Agradecemos a Andrés Casas Casas, Científico del comportamiento, Experto en Neurociencia para la Paz por todos sus aportes para la concepción y planeación de DIP.

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